Paraguay
Los iniciadores de la educación musical en el país fueron los misioneros jesuítas, que difundieron la música y el canto sacro en los siglos XVII y XVIII. Crearon escuelas de música, talleres para construcción de instrumentos musicales y formaron instrumentistas y maestros. Los indios aprendieron a tocar el clavicordio, el órgano; la cítara, la flauta, el flageolet, el clarinete, la corneta, el violín, etc.

En la Reducción de San Ignacio, en la zona norte del Paraná, en el lugar llamado Ytaquí, fundada hacia 1609, los padres instalaron un notable centro musical. El Padre Oñate, en las cartas "Anuas", dice: "Cada pueblo contaba con treinta cantores para los oficios religiosos, y su misión era doble: el desempeño del puesto oficial para cumplir con sus actos, y el de atraer a los demás indígenas. Allí, los misioneros tienen el culto divino muy en su punto, y han enseñado a los indios el canto del órgano y tienen un terno muy bueno de chirimías, que son las primeras que hay en toda la gobernación del Paraguay". Los Padres Berger, Sepp, Strobel, Catáneo y Zipoli fueron los principales maestros de los indios, llegando a formar coros a cuatro voces, acompañados de instrumentos que ejecutaban otros indios.

El indígena Cristóbal Pirioby, nacido en 1767 en el pueblo de San Carlos, Misiones, se trasladó a Buenos Aires, capital del Virreinato en 1789, donde tras cambiar su nombre por el de José Antonio Ortiz, se dedicó a la enseñanza del canto, del clave, del violín y de la guitarra. Al fallecer en 1794, dejó una colección de partituras con obras de Haydn, Boccherini, Clementi, Pleyel y Stamitz. Julián Atirahu, músico indio del siglo XVIII, escribió entre otras obras, un minué que podía tocarse simultáneamente al derecho y al revés, resultando en perfecta armonía.

Hacia 1730 el padre Martín Schmid (1707-1773), fundó en la misión de Chiquitos una Escuela de Cantores. En 1853 llegó al Paraguay el músico francés Francisco Sauvageod de Dupuis (1813-1861), que organizó las bandas militares y compuso el Himno Nacional. Formó una banda integrada por 74 músicos que ofreció varios conciertos en Asunción. Fue maestro de numerosos músicos paraguayos, entre ellos: Indalecio Odriosola, Cantalicio Guerrero, Juan Cabrera y José de Alvarenga.

Durante el gobierno de Carlos Antonio López se inició la construcción del Teatro Nuevo o Teatro de López (1854), bajo la dirección del ingeniero italiano Alejandro Ravizza. Era una imitación de la Scala de Milán y debía ser un monumento grandioso, pero la guerra de la Triple Alianza interrumpió su construcción y quedó abandonado muchos años. Actualmente lo ocupa la oficina de Impuestos Internos. Posteriormente se edificaron el Teatro Nacional y el Teatro Granados.

Luis Cavedagni (1818-1913) y Nicolino Pellegrini (1873-¿?), músicos italianos, fueron maestros de banda y profesores de música de destacada actuación en el país. Agustín Barrios (1884-1943), fue notable guitarrista y compositor. Compuso una Rapsodia sobre aires nativos e intentó la creación de la Danza paraguaya, introduciendo el "trío" como parte central entre la primera y la segunda parte de la danza tradicional.

En Asunción funcionan dos escuelas de música oficiales: la Escuela Normal de Música y el Conservatorio de Música del Ateneo. En 1936 se creó la Orquesta Sinfónica Nacional.

Entre los compositores contemporáneos paraguayos figuran: Angel Meanchaca (1855-1924); Félix Pérez Cardozo (1908-1952); Remberto Giménez (1889-¿?); Fernando Centurión (1888-¿?); José Asunción Flores (1904-¿?); Juan Carlos Moreno (1912-¿?); Herminio Juárez; Manuela González Filisbert de Domínguez; R. Aristóbulo Domínguez; José J. Villalba; Francisco Alvarenga; Cándida R. De lezcano Taranto; Agustín Olivetti; Samuel Aguayo; Roselio C. Recalde; Juan Vicente Benítez; Salvador Dentice; R. Moreno González; Juan Max Boetter, etc.

Las danzas y aires tradicionales del Paraguay son la Polca Paraguaya, el galope la Guaranía, la Canción o Purjheí, el Vals, el Santa fe, etc.