Mexicanos al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en su centro la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo.
Piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo.
Un soldado en cada hijo te dio.
En sangrientos combates los viste
Por tu amor palpitando sus senos,
Arrostrar la metralla serenos,
Y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas,
De tus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo, tu frente,
Volverán inmortales a ornar.
Como el golpe del rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente
La discordia vencida impotente,
A los pies del arcángel cayó.
Ya no más de tus hijos la sangre
Se derrame en contienda de hermanos
Sólo encuentre el acero en tus manos
Quien tu nombre sagrado insultó.
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
De la Patria manchar los blasones!
¡Guerra, guerra! los patrios pendones
En las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
Los cañones horrísonos truenen
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Antes, Patria, que inermes tus hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen
Tus campiñas con sangre se rieguen.
Sobre sangre se estampe tu pie.
Y tus templos, palacios y torres
Se derrumben con hórrido estruendo
Y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la Patria aquí fue.
Vuelva altivo a los patrios hogares
El guerrero a contar su victoria,
Ostentando la palmas de gloria
Que supiera en la lid conquistar.
Tornarásen sus lauros sangrientos
En guirnaldas de mitos y rosas,
Que el amor de las hijas y esposas
También saben a los bravos premiar.
Y el que al golpe de ardiente metralla
De la Patria en tus aras sucumba
Obtendrá en recompensa una tumba
Donde brille la gloria la luz.
Y de Iguala la enseña querida
A su espada sangrienta enlazada,
Del laurel inmortal coronada,
Formará de su fosa la cruz.
¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva;
Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria;
Un sepulcro para ellos de honor.
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en su centro la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
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